La política exterior española en el Magreb sigue sin levantar cabeza, cuando todo el mundo pensaba que la miope política promarroquí de Zapatero estaba superada, el dúo Rajoy-Margallo sigue sin abrirse a una política exterior abierta y global en una zona que estratégicamente significa mucho para España. Máxime en un momento, donde se están produciendo ciertos cambios,tanto en las relaciones de las grandes potencias con los estados de la región, como en los propios actores regionales. USA y Francia, los principales valedores de Marruecos en la zona muestran un acercamiento hacia Argelia, en el caso de los Estados Unidos incluso compartiendo posición respecto a la crisis de Malí. El parlamento europeo aprueba una resolución en la que manifiesta su preocupación por la violación de los Derechos Humanos por parte de Rabat y la necesidad de vigilar su cumplimiento en el Sáhara Occidental. Mauritania bascula cada vez más hacia un eje Argelia-RASD y un enfriamiento importante de su relación con Marruecos.
No obstante, España, en este contexto, ni siquiera mantiene una relación equilibrada entre los actores de la zona sino que descaradamente hace el juego a los intereses marroquíes. La retirada de los cooperantes en los campamentos, la nueva legislación sobre el pago de rescates... no suponen acciones amistosas hacia el eje Argelia-RASD. Esta política exterior agresiva con un país económicamente tan importante como Argelia y el Frente Polisario contrasta con la promoción contínua, a cuenta del erario público, de las inversiones españolas en el supuesto "paraíso" inversor marroquí, a sabiendas del elevado número de estafas a empresarios españoles en ese país. Esta promoción forzada llega incluso a formas deshonestas o poco éticas como las del corresponsal de TVE, Antonio Parreño, promocionando el turismo en el desierto del sur de Marruecos de actividades "copiadas", sin reconocimiento o pago de copyright, de las que se realizan en los campamentos de Tinduf.
Las declaraciones del embajador español en Rabat,contrarias a la legalidad internacional, y el silencio del gobierno frente a lo afirmado por dicho embajador, confirman la miopía, subordinación y baja calidad diplomática del ministerio de exteriores español, lo que supone que en el ámbito diplomático este gobierno está muy lejos de promocionar la "marca España" de la que tanto presume.
Los amigos del pueblo saharaui deberán estar atentos a posteriores movimientos de este gobierno, e incluso algún intento de golpe diplomático en favor de las tesis marroquíes.
El inicio por parte de partidos españoles sensibilizados con la causa del pueblo saharaui de mociones instando al reconocimiento de la RASD como recientemente ha hecho el Parlamento Sueco, pueden ser el inicio de una ofensiva diplomática en España que quizas deba marcarse nuevos objetivos, estableciendo nuevas propuestas de relación que permitan disuadir a Marruecos y sus aliados de que su pretensión de destruir al pueblo saharaui y sus instituciones constituye una quimera.
El profesor Carlos Ruiz Miguel, en su blog "Desde el Atlántico", analiza con sagacidad esta evolución en los artículos que se pueden ver en los siguientes enlaces:
Atentado al presidente mauritano: fracaso del majzen para abortar la alianza Mauritania-Argelia-RASD
García-Margallo guarda silencio sobre el escándalo del embajador en Rabat
Sahara, Ceuta y Melilla: escandalosas declaraciones del Embajador de España en Marruecos
Sahara Occidental: el PE denuncia las violaciones de derechos humanos por Rabat
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