Jartum y Juba tendrán que arreglar cuestiones pendientes como definición de la nueva frontera o el reparto de las deudas y las reservas de petróleo
La región de Sur de Sudán se convertirá este sábado en un Estado independiente con una gran celebración en Juba, la capital, a la que asistirán más de 3.500 invitados, entre ellos el presidente de Sudán, Omar Hassan al Bashir. Más del 99 por ciento de los sursudaneses decidieron separarse del resto de Sudán en el referéndum celebrado el pasado mes de enero, previsto en el acuerdo de paz que firmaron Jartum y Juba en 2005.
Ese acuerdo puso fin a una guerra civil (1955-2005) por motivos étnicos, religiosos, ideológicos y económicos (por el petróleo) que se cobró la vida de unos dos millones de personas y provocó el desplazamiento de cuatro millones.
Aunque Sur de Sudán será un país rico en petróleo, también será una de las naciones menos desarrolladas del mundo a causa del largo conflicto. Su independencia elevará a 54 el número de Estados en África y a 193 el número de países en todo el mundo. Abrirá 34 embajadas y consulados que podrían llegar a ser 50 dentro de un tiempo.
Las celebraciones comenzarán a partir de la medianoche de este viernes (las 23.00 horas en la España peninsular) en torno al reloj que marca la cuenta atrás en el centro de Juba y que muestra un mensaje con la frase "Libres por fin". Según la cadena británica BBC, las emisoras de radio han estado retransmitiendo en los últimos días el himno de Sur de Sudán.
En esa ciudad, la Policía y el Ejército intentarán mantener la seguridad durante la fiesta. Con este fin se ha prohibido realizar disparos de celebración, se han decomisado armas y se han registrado vehículos. Según las autoridades sursudanesas, unos 3.500 invitados --entre los que figuran reyes, jefes de Estado y de Gobierno y líderes tribales de los diez estados del futuro país-- celebrarán la independencia en la capital.
El presidente de Sur de Sudán, Salva Kiir; el de Sudán, Omar Hassan al Bashir; y el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, pronunciarán discursos durante la ceremonia de independencia, que se celebrará en el lugar donde está enterrado John Garang, el líder de los rebeldes sursudaneses que firmó el acuerdo de paz con Jartum.
Durante el acto se leerá la "Proclamación de la Independencia de Sur de Sudán", se arriará la bandera de Sudán y se izará la nueva bandera de Sur de Sudán.
El Parlamento de Sur de Sudán aprobó el miércoles por la noche la nueva Constitución, que estará vigente durante el periodo de transición, según ha informado el portavoz del Gobierno.
Kiir promulgará este sábado la Carta Magna, criticada por algunos que consideran que otorga demasiado poder al presidente y favorece un sistema de partido único, y luego jurará su cargo como presidente para un mandato de cuatro años. Por último, sonará el nuevo himno nacional.
PRESENCIA DE AL BASHIR
Al anunciar esta semana su viaje a Juba para participar en los festejos en el nuevo país, Al Bashir aseguró que apoyará al nuevo Estado y expresó su deseo de que sea "seguro y estable".
"Bendecimos a nuestros hermanos del sur por su nuevo país y les deseamos éxito", declaró el presidente, que firmó el acuerdo de paz de 2005 con el Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán (SPLA), que entonces era un grupo rebelde y ahora es el Ejército de Sur de Sudán.
Sin embargo, dejó claro que para que ambas partes mantengan una "relación fraternal", tendrán que mantener la seguridad en las fronteras y no entrometerse en los asuntos del otro país.
ABYEI Y KORDOFÁN DEL SUR
Existe la posibilidad de que en el futuro se reaviven los conflictos en las regiones fronterizas de Abyei y Kordofán del Sur, donde se han producido enfrentamientos que han obligado a unas 170.000 personas a abandonar sus hogares. Sin embargo, los acuerdos que se han alcanzado en las últimas semanas y la retirada de las fuerzas rivales de la frontera han contribuido a disminuir la tensión.
Estados Unidos pidió este jueves al Gobierno sudanés que permita que las fuerzas de paz de la ONU sigan desplegadas en el norte. Jartum había amenazado con expulsarlas de los estados de Kordofán del Sur y Nilo Azul.
"Es vital que se permita a Naciones Unidas mantener plenamente su presencia como fuerza de paz en esas zonas durante un periodo de tiempo adicional", declaró la embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice.
CUESTIONES PENDIENTES
Sudán y Sur de Sudán aún tienen que arreglar varias cuestiones pendientes, como la definición de la nueva frontera --aún no se ha decidido a qué país pertenecerá Abyei-- o el reparto de las deudas y las reservas de petróleo.
Según varios analistas, para Jartum la prioridad es negociar un acuerdo que le sea favorable sobre los ingresos obtenidos de la venta del petróleo, ya que la mayoría de los yacimientos están en el sur. Actualmente se reparten esos ingresos a partes iguales.
El nuevo Estado se quedará con cerca del 75 por ciento de las reservas petroleras de lo que todavía es Sudán, privando a Jartum de más de una tercera parte de los ingresos nacionales por la venta de petróleo, según indicó el ministro de Finanzas del norte el mes pasado.
Sin embargo, el petróleo del sur se exporta a través de los puertos del norte, y Jartum ha dicho que podría impedir su circulación por los oleoductos si Sur de Sudán no paga lo que le pide. Las autoridades sursudanesas han asegurado que podrían vivir de los créditos y que utilizarían sus reservas petroleras como aval si Jartum cumpliese su amenaza.
También tendrán que abordar el tema de la ciudadanía. Según la emisora pública Sudan Radio, la ciudadanía de los sursudaneses que viven en el norte ha sido revocada. Esta semana, miles de funcionarios sursudaneses que trabajaban en el norte tuvieron que dejar su empleo debido a la secesión.
VIOLENCIA
Según la ONU, más de 2.300 sursudaneses han muerto en lo que va de año por la violencia tribal y de grupos rebeldes en Sur de Sudán. De ellas, más de 500 personas murieron en las dos últimas semanas de junio.
La mayoría de las muertes recientes se produjeron en relación con una serie de disputas por ganado en el condado de Pibor, en el estado productor de petróleo de Jonglei, según señaló la máxima responsable humanitaria de la ONU en Sur de Sudán, Lise Grande.
Desde principios de año hasta finales de junio, 2.368 personas murieron en 330 incidentes violentos en nueve de los diez estados que integran Sur de Sudán, precisó Grande. La violencia ha obligado a más de 270.000 personas a huir, incluidas 100.000 que huyeron de los combates en la región de Abyei, región cuyo control se disputan el norte y el sur y que está en la frontera entre ambos territorios.
Por otra parte, más de 300.000 personas han regresado voluntariamente a Sur de Sudán desde el pasado octubre, aumentando la presión sobre el Gobierno y las organizaciones de ayuda humanitarias, según Naciones Unidas.
Al menos siete milicias rebeldes luchan contra las fuerzas gubernamentales en zonas remotas de este futuro país. Muchos de ellos dicen estar luchando contra la corrupción y la discriminación étnica por parte del Gobierno sursudanés. Kiir ha ofrecido a los rebeldes amnistías e indultos, pidiéndoles que ayuden a construir el nuevo país.
Fuente Tele 5
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