La organización internacional Western Sahara Resource Watch (WSRW) convocó hoy una concentración de protesta ante la fábrica de la conservera JEALSA en Boiro (A Coruña). Esta concentración estuvo apoyada por la Asociación Solidariedade Galega co Pobo Saharaui y las asociaciones de CEAS-Sahara de toda España.
El conflicto del Sáhara Occidental lleva desde el año 1975 sin resolverse. Una población indefensa fue víctima, y continúa siéndolo, de las ansias colonialistas y expansionistas de su vecino Marruecos. Desde entonces, la población saharaui sufre por una ocupación ilegal, que ha sido condenada por la ONU, entre otras cosas porque el usurpador, Marruecos cuenta con la ayuda de empresas extranjeras que hacen inversiones en territorio saharaui y explotan sus recursos privando de ellos a sus legítimos dueños, los saharauis.
JEALSA tiene negocios en el Sáhara ocupado que demuestran la falta de ética y compromiso con los valores de la justicia y el desprecio a los Derechos Humanos. Las víctimas de esos negocios son los saharauis. Jealsa está asociado con empresas de Marruecos para explotar conjuntamente los recursos naturales del Sáhara Occidental y enriquecerse sin respetar los Derechos de los saharauis. Jealsa conoce que Marruecos mantiene una brutal ocupación militar del Sáhara Occidental y que, gracias a las armas, se mantiene una situación de poder ilegítimo. Pero a Jealsa no le importa porque prefiere hacer negocios aunque sepa que es indigno.
JEALSA desoye la voz de los saharauis y, sin su consentimiento y sin que ellos se beneficien de su actividad industrial, obtiene grandes beneficios económicos. Esos beneficios provienen de un hecho delictivo porque, al hacer negocios con los marroquíes en el Sáhara, se legitima una invasión ilegal que sólo trae sufrimiento a las víctimas, los saharauis de los territorios ocupados y de los campamentos de refugiados.
El Sáhara Occidental está inmerso en un proceso de descolonización interrumpido por la fuerza bruta militar de Marruecos, que lo invadió ilegalmente en ese año con la maléfica connivencia de los ministros de la dictadura española de entonces. Según la ONU y el Derecho Internacional las empresas extranjeras o particulares no deberían hacer negocios con el Estado ocupante de un país reconocido como Territorio No Autónomo (caso del Sáhara) cuando la actividad empresarial se realice en el territorio invadido o con sus recursos. Son innumerables las resoluciones en las que se dice claramente eso. Sin embargo, Jealsa constituyó con una sociedad marroquí la empresa mixta DAMSA, que explota una fábrica conservera en El Aaiún, da empleo a colonos marroquíes y discrimina a los saharauis.
Jealsa ha transgredido la resolución de la ONU y aprovecha la fuerza de las armas marroquíes para enriquecerse. Jealsa se convierte así en cómplice de un expolio ilegal.
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