En su nefasta gestión del conflicto saharaui la ONU parece un director de  colegio que pretende solucionar un tema de acoso escolar utilizando  una mediación entre el matón de la escuela(Marruecos) y la víctima de acoso (el pueblo saharaui) para así evitar sancionar al acosador. Resultado más violencia y más impunidad del agresor y más desamparo de la víctima
La ONU ha lamentado “profundamente” este lunes el estallido de violencia en El Aaiún y su “desafortunada” coincidencia con el inicio de las negociaciones en Nueva York entre Marruecos y el Frebte Polisario. A su vez, ha eludido atribuir la responsabilidad de los disturbios a ninguna de las partes. Martin Nesirsky, portavoz del secretario general, Ban Ki-Moon, ha admitido disponer sólo de información “contradictoria y superficial” sobre las causas de la entrada marroquí, el nivel de fuerza utilizado, la reacción en el campamento y el número de bajas por cada lado.
 La ONU ha lamentado “profundamente” este lunes el estallido de violencia en El Aaiún y su “desafortunada” coincidencia con el inicio de las negociaciones en Nueva York entre Marruecos y el Frebte Polisario. A su vez, ha eludido atribuir la responsabilidad de los disturbios a ninguna de las partes. Martin Nesirsky, portavoz del secretario general, Ban Ki-Moon, ha admitido disponer sólo de información “contradictoria y superficial” sobre las causas de la entrada marroquí, el nivel de fuerza utilizado, la reacción en el campamento y el número de bajas por cada lado.
Aunque Nesirsky aseguró que el personal de la ONU en el Sáhara  Occidental trabaja para tener “un cuadro más completo de los  hechos”, evidentemente este lunes la prioridad en Nueva York era evitar  el colapso de la reunión. El portavoz de Ban Ki-Moon pidió “el máximo esfuerzo  de contención” en los próximos días.
 El violento desmantelamiento del campamento de protesta saharaui de  Gdeim Iziki, en las afueras de El Aaiún, sembró este lunes el  pánico diplomático en Nueva York, donde tenía que dar comienzo la nueva ronda  informal de contactos entre Rabat y el Polisario bajo el auspicio del enviado  especial de la ONU en el Sáhara Occidental, Christopher Ross. El  encuentro estuvo en suspenso durante más de una hora y cuando por fin se  pudo anunciar oficialmente su inicio su resultado era más incierto que nunca.  Ahmed Bujari, representante del Polisario ante las Naciones Unidas, pedía  garantías extra para comparecer en la negociación.
 Se habían anunciado dos jornadas negociadoras en Greentree,  histórica residencia de patricios americanos en la localidad de Manhasset, en  Long Island. Es un enclave muy adecuado para reunirse con plenas garantías de  aislamiento. Allí se encontraron ya varias veces los representantes del  Polisario y del gobierno de Rabat en 2007 y allí volvieron a recibir este lunes  sus delegados la tensa bienvenida de Christopher Ross.
 Tensión
 Todo había quedado en el aire ante las noticias de los disturbios  de El Aaiún. Ahmed Bujari calificó estos disturbios de “deliberado intento  de hacer descarrilar las conversaciones”, a la vez que reclamaba la  intervención del Consejo de Seguridad de la ONU. Poco después, en declaraciones  a ABC Bujari admitía que el peligro de que las negociaciones ni siquiera  llegaran a arrancar era real pero negaba que el Polisario estuviera considerando  una retirada unilateral. “Las dos partes son responsables de asegurar que esto  va a servir de algo”, sentenció, antes de cortar toda comunicación.
 Coincidiendo con estas declaraciones los servicios de información  de la misión marroquí ante las Naciones Unidas aseguraban no saber si la reunión  seguía su curso o no. Con posterioridad al comunicado de la ONU, confirmaron el  arranque del encuentro pero se negaron en redondo a hacer ninguna valoración de  lo sucedido en El Aaiún –o de las nuevas acusaciones del Polisario contra Rabat-  hasta la conclusión de las conversaciones de Greentree.
 A este nivel llegaba la incertidumbre, casual o provocada. No  parece un arranque muy prometedor para la quinta reunión informal entre  polisarios y marroquíes que se celebra en Nueva York, contando como observadores  a Mauritania y Argelia. Precisamente el rey Hassan VI de Marruecos ya “calentó”  las horas previas a la cita neoyorquina formulando duras críticas a Argelia,  atribuyéndole graves violaciones de los derechos humanos en su política de apoyo  al Polisario.
 Un muro
 Hasta ahora todos los intentos de la ONU de pacificar el  Sáhara Occidental se han estrellado contra un muro. Desde la salida  española se han adueñado de la región tanto el caos como una dura pugna  demográfica. Quién tenía exactamente derecho a votar en un eventual referéndum  de autodeterminación enfrentó a las dos partes durante años. El Frente Polisario  reivindicaba el último censo español, mientras que Rabat prefería cómputos más  favorables a su hegemonía a partir de 1975.
 La ONU logró en 1991 el alto el fuego pero no el cese de las  hostilidades de bajo perfil, que a juzgar por lo sucedido en las últimas horas  podrían volver a tenerlo muy alto en cualquier momento. A partir del año 2000  entra en juego el famoso Plan Baker, que de algún modo trata de “palestinizar”  el conflicto, sugiriendo una Autoridad del Sáhara Occidental por cinco años,  seguida de un referéndum. El plan fue perdiendo pie hasta dar lugar en 2003 a un  Plan Baker II, más matizado y apoyado por el conjunto de la comunidad  internacional, hasta que en 2004 también se fue apreciando su  inviabilidad.
 Con el paso del tiempo Marruecos, con el firme apoyo de Francia y  con el más intermitente de Estados Unidos –particularmente desde que Rabat es  clave en la contención del terrorismo islámico-, se ha ido sintiendo más fuerte  y con menos ánimo de permitir un referéndum de independencia, poniendo la  autonomía como límite. Así el contencioso lleva años de bloqueo, aún siendo su  desbloqueo una “prioridad” para la ONU.
Fuente ABC
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