Nadie reivindica el secuestro de los dos cooperantes de Tinduf
La madrileña Ainhoa Fernández y el mallorquín Enric Gonyalons cumplen hoy un mes en manos de sus captores. Los dos cooperantes fueron secuestrados el 22 de octubre en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia) por un grupo de hombres armados que irrumpieron en un todoterreno en la zona de Rabuni, el corazón administrativo de los campos del Frente Polisario.
A pesar de que todas las hipótesis apuntan a que la operación fue obra de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), esta organización no la ha reivindicado ni se han hecho públicas pruebas de vida de los dos españoles, a los que secuestraron junto a la italiana Rossella Urru. En el caso de los tres cooperantes catalanes raptados por los extremistas en 2009 (Alicia Gámez, Roque Pascual y Albert Vilalta), los radicales se atribuyeron la autoría al décimo día de su desaparición.
Fuentes de la seguridad del Frente Polisario han asegurado a este periódico que confían en que los cooperantes sigan en la vecina Mali, en las proximidades de Tombuctú. Ésta es la versión que sostuvieron desde las primeras horas del secuestro, cuando revelaron que, según sus informaciones, los captores venían de este país y fue hasta allí a donde huyeron con Gonyalons, Fernández y Urru.
Según ha podido saber EL MUNDO de fuentes cercanas a la investigación, los secuestradores emplearon en el operativo cuatro vehículos todoterreno para aproximarse a los campamentos y prendieron fuego a dos de ellos en la frontera antes de iniciar su huida a Mali, donde también permanecieron cautivos los tres españoles raptados en 2009.
A pesar de que la información circula con cuentagotas, a diferencia de lo que ocurrió durante el secuestro de los catalanes, las mismas fuentes señalan como tesis más probable que los cooperantes de Tinduf podrían haber sido capturados por un argelino ex miembro del extinguido Grupo Salafista para la Predicación y el Combate, vinculado a AQMI y a un gurú espiritual de los islamistas en las zonas liberadas del Polisario preso ahora en una cárcel de Nuakchot (Mauritania).
Otras fuentes apuntan a un grupo de mercenarios originarios de Mali relacionados también con los islámicos radicales. "Los hombres de AQMI suelen reivindicar antes sus operaciones; una razón que podría explicar que no haya habido comunicado todavía es que los bandidos no hayan llegado aún a un acuerdo para hacer el traspaso de los rehenes", explican.
Analistas en materia de terrorismo han acusado a Mojtar Belmojtar -jefe de una de las cuatro kátibas (batallones) de AQMI en el norte de África y responsable del secuestro de los tres catalanes en Mauritania- del rapto de los cooperantes de Tinduf. Bajo su captura, Roque Pascual y Albert Vilalta permanecieron medio año escondidos en un búnker y aplastados por el sol plomizo del desierto del Sahel. Tras convertirse al islam, Alicia Gámez salió del cautiverio a los tres meses del secuestro.
Sin embargo, en una entrevista que Belmojtar -conocido como El Tuerto, El Huidizo o Mister Marlboro- concedió a principios de este mes a la Agencia de Informaciones de Nuakchot (ANI) no hace mención en ningún momento a Gonyalons o Fernández. La banda terrorista suele hacer públicos sus comunicados a través de este canal.
Un pago millonario salvó la vida de los cooperantes y, a partir de aquí, España se situó en el disparadero del terrorismo internacional. No han pasado dos años desde el caso de Vilalta, Roque y Pascual y este nuevo rapto ha encendido la voz de alarma de la cooperación española en el exterior.
En el caso de los españoles raptados en Tinduf, sin embargo, el Gobierno español aún no ha descartado que sea AQMI la que los ha tomado como rehenes, como sí ha hecho con las cooperantes Montserrat Serra y Blanca Thiebaut, capturadas en Kenia el 13 de octubre.
El Polisario, que informó de que persiguieron a los secuestradores de los cooperantes españoles desde Tinduf hasta Mali durante casi 72 horas, sí que ha responsabilizado a AQMI del rapto a través de varios de sus responsables, aunque Mohamed Abdelaziz, presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (Rasd), no les ha atribuido la autoría de la operación en sus declaraciones públicas.
Los servicios secretos de los países del Sahel trabajan conjuntamente y en coordinación con España para la localización y liberación de los cooperantes. También Marruecos, acérrimo enemigo de Argelia y del Frente Polisario, se ofreció hace unas semanas para contribuir con sus medios en el dispositivo de búsqueda.
Fuente: elmundo.es
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