Los cooperantes españoles Ainhoa Fernández de Rincón y Enric Gonyalons y la italiana Rosella Urru, capturados hace más de dos semanas en Rabuni, sede de la administración del Frente Polisario, no están en manos de la rama magrebí de AlQaeda (AQMI) sino de delincuentes comunes con algunos lazos con los terroristas, según fuentes locales conocedoras del secuestro.
Este fue perpetrado en los campamentos de refugiados saharauis por un grupo de árabes malienses de la tribu de Lahmar, dirigidos por un antiguo lugarteniente de Mokhtar Belmokhtar, apodado El Tuerto, un terrorista de Al Qaeda que ha secuestrado a varios occidentales, entre ellos atres catalanes en 2009. Los árabes malienses, que hablan el mismo dialecto que los saharauis (hassania) y constituyen el 3,3% de la población del país, contaron con el apoyo de un poderoso contrabandista de la minoría tuareg (6,5% de la población).
“Aunque es posible que esgriman argumentos ideológicos cuando negocien el rescate, los secuestradores son en el fondo bandidos cuyas vidas y trapicheos se han cruzado a veces con Al Qaeda”,explican fuentes locales. Por eso, aunque los rehenes llevan ya más de 10 días en el desierto del norte de Tombuctú (Malí), aún no se ha producido reivindicación alguna. Al Qaeda reivindica en un plazo más corto.
Es posible, sin embargo, que temerosos deque se produzca un intento de liberar a la fuerza a sus cautivos o incapaces de encontrar los cauces para negociar con las autoridades españolas acaben “vendiendo” a los tres cooperantes a El Tuerto que sí posee una larga experiencia en la materia. Su katiba (célulaterrorista) tiene también sus campamentos al norte de Tombuctú.
A diferencia de algunos responsables del Polisario, como su representante en Argel,Brahim Ghali, el líder del movimiento independentista saharaui, Mohamed Abdelaziz, ha evitado acusar públicamente a Al Qaeda de ser la responsable del triple apresamiento en la residencia de huéspedes extranjeros de Rabuni.
La versión del secuestro que propagan fuentes del Ministerio del Interior de Marruecos también descarta a Al Qaeda. Asegura que un traficante de droga saharaui capturó a los cooperantes para vengarse del hijo de un jerarca del Polisario que no le había entregado su parte de la venta de un alijo. Empezó por secuestrar a unos pastores para obtener su botín y, como no lo consiguió, acabó apoderándose de los tres jóvenes europeos. El secuestro tendrá un rápido y feliz desenlace, vaticinan estas fuentes.
Todas las fuentes consultadas describen esa franja del Sahel, que abarca gran parte de Malí, de Mauritania y de Níger así como un área meridional de Argelia, como una zona sin ley en la que se codean terroristas de una decena de nacionalidades, contrabandistas de tabaco y traficantes de armas y de drogas que intentan introducir en Europa. La desesperación en la que viven los jóvenes refugiados saharauis ha incitado a algunos de ellos a intentar conseguir ingresos trapicheando por el desierto.
La anarquía reinante y la confusa maraña de secuestradores “requieren que el Gobierno español sea más prudente que de costumbre ante una hipotética negociación para el rescate de sus ciudadanos”, advierten las fuentes locales. “Va a llamar a su puerta más de un falso mediador, no mandatado por los secuestradores, con la intención de cobrar un dinero y después esfumarse”, añaden.
En contra también de la hipótesis que se barajó inicialmente las dos cooperantes españolas apresadas el 13 de octubre cerca del campamento de refugiados de Dadaab (Kenia), Montserrat Serra y Blanca Thiebaut, no están en manos de la milicia somalí Al Shaabab, afín a Al Qaeda. Sus captores son también delincuentes comunes.
La incursión armada en Rabuni ha supuesto un duro golpe no solo para el Polisario sino para Argelia. Aunque son los saharauis los que controlan la zona, están en territorio de Argelia y su mastodóntico Ejército está desplegado en los alrededores de los campamentos. El presidente argelino, Abdelaziz Bouteflika, ha ordenado una investigación a fondo y el incremento de la seguridad, según el diario El Khabar.
En un primer momento el ministro del Interior argelino, Dahou Ould Kablia, intentó, sin embargo, escurrir el bulto. “El secuestro se ha desarrollado en una zona que se escapa de nuestro control y que está bajo la tutela del Polisario”, declaró. “En consecuencia no tenemos ningún comentario que hacer”.
Al día siguiente el titular de Exteriores argelino, Mourad Medelci, rectificó a su colega de Interior. “Las investigaciones prosiguen a diferentes niveles para liberar lo antes posible a los tres cooperantes extranjeros”, declaró a la agencia de prensa oficial APS. “Hasta ahora se trabaja en el ámbito de los servicios [secretos] de nuestro país y de los paísesFuente El País
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