Más de 50 jóvenes senegaleses, voluntarios del cuerpo de seguridad, han tenido que poner este martes todo su empeño para evitar una desgracia mayor. Las mujeres saharauis a duras penas pero lograron celebrar la conferencia que tenían prevista. En la puerta, decenas de marroquíes que clamaban por entrar han llegado a repartir algún golpe y muchos insultos. La organización del Foro Social Mundial ha decidido iniciar un diálogo con ambas partes.
Las agresiones se producen también en el entorno del Foro, de forma aislada, pero cuando hay una conferencia, decenas de marroquíes acuden prestos clamando por su derecho a participar y a la libertad de información, en el caso de los periodistas, pero para después boicotear el acto, antes de empezar.
Este martes convocaban las mujeres saharauis y la organización, previsora, ha movilizado a unos 50 jóvenes del cuerpo de seguridad. Y aquello, al poco rato, parecía El Aaiún. Una puerta controlada por la que pasaban los saharauis y quienes, sin arte ni parte en el asunto, querían asistir, atravesando eso sí primero el violento revuelo de gritos, empujones y en dos ocasiones hasta puñetazos que protagonizaban los marroquíes
Cuando el acto ya había empezado han permitido la entrada de algunos de ellos, pero en más de una ocasión la seguridad ha tenido que desalojarlos por los gritos que proferían contra las mujeres saharauis quienes, en el estrado, intentaban dar su testimonio sobre sus hijos desaparecidos, sobre la represión de los derechos humanos que padecen en los territorios ocupados. Y que finalmente se han abierto incluso a mantener un debate, absolutamente artificial, porque los marroquíes tomaban la palabra para soltar sus proclamas desgañitándose, cuando desde los organizadores les pedían que hicieran preguntas, si querían participar
¿Porqué acuden los marroquíes, algunos con acreditaciones de prensa y otros de partidos o sindicatos? Según uno de ellos -quien valientemente pidió la palabra para, como marroquí, solidarizarse con los saharauis, reconocer su derecho a la autodeterminación y acusar al Gobierno de su país y al sistema imperialista de inflingir también a los marroquíes injusticias y tropelías que no deberían soportar- porque ese mismo Gobierno les ha financiado el viaje. “Aquí hay hasta policías, todos siguen una consigna del Gobierno de acosar a los saharauis”. Incluso mujeres de mediana edad han tenido que ser sacadas en volandas de la sala mientras se negaban a mantenerse en silencio y escuchar
Al acabar el acto, los marroquíes han sacado la bandera y han empezado a cantar a voz en cuello, defendiendo la marroquinidad del Sahara, mientras los saharauis salían por otra puerta, protegidos por los chicos de seguridad, ondeando la bandera saharaui y tratando de cantar aún más alto. Todo, tras tres horas de una tensión agobiante que ha dejado asombrado a más de un asistente, desconocedor de los entresijos del conflicto. Los chicos de seguridad, de hecho, se acercaban a los periodistas para preguntarnos cuál era exactamente el problema de esa gente. No sólo porque estuviera ocurriendo en un evento como el Foro, que propone el diálogo, sino porque esas personas que se dirigían a ellos amenazantes, gritando que estaban violando su derecho a la información y otros tantos más, les estaban en realidad coartando ese derecho a otros
PROCESO DE DIÁLOGO
oras después, el comité de organización del Foro Social Mundial anunciaba su intención de iniciar un "proceso de diálogo" entre las asociaciones del Sahara y de Marruecos que participan en el encuentro, y confirmaban a toda la prensa que no estuvo presente que efectivamente han reforzado la seguridad sobre las primeras, después de que algunos de sus miembros denunciaran agresiones por parte de ciudadanos marroquíes
Taoufik Ben Abdallam, Bouba Diop y Mignani Diouf, responsables de esta undécima edición, señalaron que “ha habido agresiones y gente que ha tenido miedo”, por lo que “se ha acometido un refuerzo de la seguridad”. No obstante, Abdallam ha advertido de que “hacer de policías no es el rol del Foro”, donde “la violencia no está permitida y ningún grupo puede limitar la libertad de expresión de otro”, pero “si alguien comete una actuación muy grave contraria a los derechos humanos, la organización debe tomar medidas”.
Según su explicación, han hablado con las organizaciones marroquíes para que entiendan que estos episodios pueden suponer el fracaso del Foro y explicarles que “aquí cada uno puede llevar la bandera que quiera”.
Durante la rueda de prensa, un periodista marroquí ha trasladado el malestar de un grupo de compatriotas por el hecho de que el español Willy Meyer, que acompañaba a las saharauis que este lunes fueron agredidas, se hubiera identificado ante la prensa como eurodiputado, dado que los partidos políticos no participan en principio en el Foro, sino que asisten como oyentes. En respuesta, la organización ha señalado que todos los políticos que acuden lo hacen de forma “individual y con sus propias ideas, sin representar a nadie”.
“Esto no puede convertirse en un escenario de confrontación, porque Dakar y África han invitado al mundo entero para hablar de unidad”, ha apostillado Diouf, para incidir en que “el Foro no juzga, sólo busca soluciones y analiza el modo de que ambas partes se sienten a hablar”. Pero en los talleres y conferencias que organizan los saharauis, resulta de momento imposible. Y lo intentan, realmente lo intentan.
Fuente: guinguinbali
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