Jacob Zuma, el presidente de Sudáfrica, anunció anoche ante los periodistas reunidos en el palacio de Bab Azizia, en Trípoli, que Gadafi había aceptado la hoja de ruta planteada por la UA para detener el conflicto que vive el país desde hace dos meses, cuando comenzó un levantamiento popular contra el dictador.
"La iniciativa presentada hoy está obsoleta. El pueblo quiere que Gadafi y sus hijos se vayan", ha declarado en rueda de prensa el líder de los rebeldes, Mustafá Abdeljalil, que ha añadido que "cualquier iniciativa que no tenga en cuenta esta demanda no es digna de consideración". La propuesta de la UA preveía el cese inmediato de las hostilidades, el establecimiento de un corredor para facilitar la ayuda humanitaria y el inicio del diálogo para comenzar con la transición, pero no la salida inmediata del coronel Gadafi. Su hijo, Saif el Islam, ha declarado en una entrevista con la televisión BMF (acordada este fin de semana, pero difundida hoy), que considerar que se vaya es "realmente ridículo", aunque ha reconocido que el país necesita "sangre nueva".
La posibilidad de que Gadafi abandone el poder fue discutida en el encuentro de anoche entre la UA y el líder libio, según reveló el comisionado de Paz y Seguridad del organismo regional, Ramtane Lammara. "Ha habido alguna discusión sobre esto, pero no puedo contar nada, debe continuar siendo confidencial", ha dicho Ramtane, quien señaló que "debe ser el pueblo libio el que elija democráticamente a sus líderes". Tampoco se conoce si la propuesta incluye la salida de las tropas de Gadafi de las ciudades, como exigen los rebeldes. Ramtane sí indicó que la propuesta de la UA contempla un alto el fuego inmediato, la promoción del diálogo nacional, la protección de los extranjeros residentes en Libia y una extensión de la asistencia humanitaria.
Pese a que la influencia de la UA no es enorme, ni por su poderío diplomático ni por su escasa capacidad para imponer sanciones económicas o militares, el anuncio del diálogo abría un primer camino a las negociaciones. Zuma, que en su alocución se refirió a Gadafi como "el hermano líder", pidió a la OTAN que cese los bombardeos. "Debemos darle una oportunidad al alto el fuego", dijo el mandatario. Sin embargo, la Alianza, pese a que oficialmente "toma nota" de la propuesta africana y "da la bienvenida a todas las contribuciones internacionales", continuará atacando a las fuerzas de Gadafi si amenazan a los civiles, según asegura un oficial aliado bajo condición de anonimato.
A falta de conocer los detalles, el secretario general de la Alianza ha subrayado en una conferencia de prensa que cualquier propuesta de alto el fuego, para que sea aceptable, debe cumplir "tres condiciones": ha de ser "creíble, incluyendo una protección eficaz de la población civil", que pueda ser "supervisada y controlada eficazmente", y que "favorezca un proceso político con el objetivo de aplicar las reformas políticas necesarias y satisfacer los deseos legítimos de la población libia".
Mientras los representantes de la UA se reunían con los dirigentes rebeldes para explicarles la propuesta, más de dos mil personas se concentraban ante el hotel de Bengasi donde se ha desarrollado el encuentro. "Ninguna paz con el asesino Gadafi", o "Seif el Islam, terrorista, a los tribunales", en referencia a uno de los hijos del dictador, son algunos de los lemas que coreaban, mientras ondeaban banderas tricolores (rojo, negro y verde) anteriores al régimen del coronel, convertidas en el símbolo de la rebelión.
El mandatario sudafricano, Zuma, llegó ayer a Trípoli al frente de una delegación de la Unión Africana (UA) integrada por los presidentes de Mali, Amadu Tumani Turé; República del Congo, Denis Sassu Nguesso, y Mauritania, Mohamed Uld Abdelaziz, así como por el ministro ugandés de Asuntos Exteriores, Sam Kutesa. Los presidentes aterrizaron por separado y en avión con el permiso de la OTAN para sobrevolar la zona de exclusión. A su llegada a la capital libia, los delegados fueron recibidos por el general Mustafa Mohamed Al Karrubi, miembro del Consejo de la Revolución. Poco después se desplazaron a la residencia de Gadafi, para pedirle una tregua en los combates, que han dejado decenas de muertos desde el sábado en Ajdabiya (este) y Misrata (oeste), dos ciudades que, según la OTAN están en situación "desesperada".
Bombardeos de la OTAN
Este intento de avance diplomático llegó en el mismo día en el que los bombardeos de la OTAN lograron detener la ofensiva de las tropas leales a Gadafi contra la ciudad oriental de Ajdabiya, e impidieran in extremis que esta crucial plaza, última gran población que precede a Bengasi, fuera conquistada por segunda vez por los soldados del dictador, informa Juan Miguel Muñoz. Tras 15 días en los que la Alianza ha sido criticada por los rebeldes por su escasa acción, a los cazas les bastó con abrasar una columna de 11 carros de combate y 6 vehículos de transporte en los que perecieron decenas de uniformados. Los rebeldes han encontrado por el momento los cadáveres de 35 hombres de Gadafi, según ha contado un portavoz rebelde a France Presse.
La aviación aliada machacó los blindados del Ejército y los insurgentes se adueñaron de esta ciudad de 100.000 habitantes que solo acoge ahora a los hombres que luchan. Dos días de intensos bombardeos, que han dejado decenas de cadáveres de ambos bandos, llegaban a su fin.
La situación sigue, sin embargo, siendo crítica en la tercera ciudad del país, Misrata, el único bastión rebelde en el oeste del país y sometida a un intenso asedio desde hace semanas. Tras los bombardeos aliados de ayer en los alrededores de la localidad, las tropas de Gadafi han vuelto a atacar, con misiles Grad, de fabricación rusa, según ha informado un portavoz rebelde a Reuters. Cinco personas han muerto y más de 20 han resultado heridas esta madrugada tras un bombardeo de las fuerzas del dictador, según ha contado un rebelde a la cadena Al Yazira.
La intervención de la OTAN de ayer logró destruir 14 tanques de las tropas de Gadafi en las afueras de la ciudad, en la que francotiradores de ambos bandos se enfrentan desde hace semanas y se habla de miles de muertos, aunque son cifras imposibles de confirmar. Unos 6.000 trabajadores extranjeros, la mayoría egipcios y africanos, han quedado atrapados a la espera de ser recogidos en los barcos fletados por la organización para salir del país, según Cruz Roja.
Unicef ha pedido el fin de los bombardeos sobre la ciudad, donde "muchos niños han resultado muertos, heridos y privados de sus necesidades más básicas por los combates". La responsable de la organización para Oriente Próximo y el norte de África, Shahida Azfar, ha pedido "esfuerzos extraordinarios" para proteger a los menores, en un comunicado en el que se denuncia la muerte de al menos 20 niños, entre ellos uno de nueve meses, después de un mes y medio de combates.
Fuente El Pais
No hay comentarios:
Publicar un comentario