domingo, 3 de abril de 2011

Según HRW Francia está contra los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental


HRW. Sahara Occidental: Francia contra los Derechos Humanos


NOTA: Interesante artículo de Human Right Watch, donde denuncia las hipócritas maniobras francesas para impedir que la Misión de la ONU en el Sahara asuma responsabilidades sobre los DDHH.
No compartimos la afirmación de que el Frente Polisario "intimida a los que apoyan el plan marroquí de autonomía, una situación denunciada por muchas veces Rabat", expresión que entendemos referida a Mustafa Selma, en aquel caso fabricado por Marruecos al que se prestó el policía saharaui.
HRW cometió un error en los primeros días de la intervención marroquí contra el campamento, apresurándose a aceptar las cifras sobre los muertos en el asalto al campamento que dio Marruecos. Luego rectificó esta actuación precipitada, y el 26 de noviembre emitió un informe demoledor donde criticaba el uso desmesurado de la fuerza por parte de Marruecos, y acusaba al régimen de tortura contra los ciudadanos saharauis, y de impedir la asistencia médica a los heridos en El Aaiun.
El problema es que el daño ya estaba hecho. La ministra Trinidad Jiménez había aprovechado el primer informe de HRW para defender que a la luz de lo que se iba sabiendo, en palabras de la Ministra, no condenar lo ocurrido en Gdeim Izik fue “lo más inteligente”.
Tanto a HRW como a otras organizaciones internacionales de DDHH les queda mucho trabajo por hacer en el Sahara Occidental. Investigar en profundidad los terribles acontecimientos de noviembre de 2010 y denunciar la situación de los más de cien presos políticos saharauis detenidos tras la intervención en Gdeim Izik.



Por Philippe Bolopion, UN Advocacy Director HRW

22 de diciembre de 2010

Publicado en: Le Monde (Francés)

*Traducción no oficial: Poemario por un Sahara Libre


Los acontecimientos que asolaron El Aaiún, la capital del Sáhara Occidental, el 8 de noviembre deberían convencer a los diplomáticos franceses para cambiar el curso sobre un tema poco conocido, pero que desconcierta incluso a los más experimentados de sus diplomáticos. Desde hace varios años, tras las puertas cerradas del Consejo de Seguridad de la ONU, Francia ha utilizado su poder de veto para mantener alejado de las Naciones Unidas las cuestiones relacionadas con los derechos humanos en el territorio anexado por su aliado de Marruecos en 1975.

Sin el correspondiente mandato, la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) estuvo ciega durante el transcurso de los acontecimientos que estallaron el mes pasado (NOTA: noviembre de 2010) entre la policía marroquí y los militantes saharauis, en lo que fueron los disturbios más graves desde el alto el fuego en 1991. El Consejo de Seguridad, responsable del mantenimiento de la paz internacional, fue incapaz de encontrar un equilibrio entre el Frente Polisario, movimiento de independencia, que condenó la masacre de 36 manifestantes pacíficos sin pruebas, y Marruecos, que afirmé, sin credibilidad, haber liberado a miles de civiles saharauis presuntamente secuestrado por "criminales" en un campamento levantado en señal de protesta cerca de El-Aaiún.

Si estos acontecimientos se hubieran producido en la República Democrática del Congo, Haití o Sudán, los expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas habrían sido enviados de inmediato a establecer una versión objetiva de los acontecimientos e informar al Consejo de Seguridad, contribuyendo así a aliviar las tensiones. La presencia de observadores de la ONU también habría sido un elemento de disuasión a las fuerzas de seguridad marroquíes que en numerosas ocasiones, de acuerdo con nuestras averiguaciones, han maltratado a las personas detenidas tras los disturbios.


Todas las misiones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas desde 1991 han incluido mecanismos de vigilancia de los derechos humanos, basados en la observación de que cualquier paz duradera debe basarse en el respeto a los derechos humanos. En otras partes desde Darfur, Timor-Este, o Kosovo, Francia ha apoyado plenamente la creciente integración de las cuestiones relativas a los derechos humanos en las misiones de las Naciones Unidas. La cuestión saharaui es la única en que París no ha estado dispuesto a ceder, decididos a defender una anomalía histórica.

Esta obstinación francesa tiene un costo. El embajador de Francia ante la ONU, Gerard Araud, aprendió el costo, el pasado 30 de abril cuando se enfrentó a los miembros del Consejo como el Reino Unido, Austria, Uganda, Nigeria y México, que están a favor de ampliar el mandato de la MINURSO a las cuestiones de derechos humanos. Según varios testigos, un par de horas antes de la expiración del mandato de la misión de la ONU, la discusión se acaloró.

¿Cómo puede Francia, que pretende ser el lugar de nacimiento de los derechos humanos, oponerse a cualquier mención del mismo en la resolución, como pidió uno de los embajadores occidentales? Su homólogo chino -irónicamente- acogió con satisfacción el hecho de que París comparta las dudas de Pekín sobre cualquier discusión de los derechos humanos en el Consejo de Seguridad. Después de una acalorada respuesta del embajador de Francia, seguido de disculpas por completo diplomáticas, Francia ganó su caso, no tanto por la fuerza de sus argumentos como por su poder de veto.

Los diplomáticos franceses se defienden argumentando que la cuestión de los derechos humanos se ha convertido en una bandera roja para Marruecos, que lo ve como un truco del Polisario y su apoyo oficial de Argelia para avergonzar el reino Sharifiano. Según las autoridades francesas, este tema es una distracción que sólo pone el foco en Rabat, sin avanzar las negociaciones entre las dos partes, en las que llevan sumidos desde hace varios años.


Pero en lugar de alinearse con Rabat, Francia debe convencer a Marruecos que tiene mucho que ganar mediante la mejora de las condiciones de vida del pueblo saharaui bajo su control, quienes a menudo son amordazados y acosados ​​por las fuerzas de seguridad marroquíes cuando se atreven a reclamar la independencia. La presencia de Observadores de la ONU también sería de gran ayuda a los refugiados saharauis que viven cerca de Tinduf, Argelia, en los campamentos, donde el Frente Polisario manda e intimida a los que apoyan el plan marroquí de autonomía, una situación denunciada por muchas veces Rabat.

La renovación del mandato de la MINURSO en abril de 2011ofrece a la diplomacia francesa la oportunidad de corregir la situación. Es hora de que París reconozca que, sin una estricta observancia de los derechos de los saharauis garantizado por las Naciones Unidas, ambas partes seguirán participando en las campañas de desinformación a favor de una solución política que sólo complica los esfuerzos del Consejo de Seguridad.

Fuente Poemario de un Sáhara Libre

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