El texto aprobado recoge el "estudio de un mecanismo financiero temporal para facilitar la asistencia económica al Consejo Nacional de Transición -el órgano de gobierno de los alzados contra Gadafi-". Esto se llevaría a cabo mediante el desbloqueo de fondos repartidos en diferentes países y que en su mayoría responden a pagos procedentes del petróleo.
Al margen de estos dos acuerdos, la ministra española de Exteriores, Trinidad Jiménez, ha anunciado que el Gobierno ha invitado a España al número dos del Consejo Nacional de Transición, Ali Essawi, para abordar salidas al conflicto libio.
En el Grupo, establecido en Londres el 29 de marzo, han particiopado una veintena de países y organismos como la ONU, la OTAN, la Liga Árabe, la Unión Africana y la Confederación Islámica en Doha, Catar, para coordinar las medidas políticas de la intervención en el país y estudiar cómo intensificar la presión para forzar la salida de Muamar el Gadafi.
La primera reunión del Grupo de Contacto arrancó con uno los puntos calientes de la agenda: la creación de un fondo internacional para que los países puedan donar dinero para las ciudades rebeldes. Se han debatido también otras fórmulas de financiación como utilizar los bienes congelados por la comunidad internacional a Gadafi, como ha avanzado Italia. El príncipe heredero de Catar, el jeque Tamim ben Hamad Al Thani, comenzó el encuentro pidiendo que se dé al pueblo libio los medios para defenderse. En su intervención de apertura, William Hague, ministro de Exteriores de Reino Unido, apeló a la creación de un mecanismo de financiación "transparente" que ayude a los rebeldes a pagar los costes del sector público.
El ministro de Exteriores alemán, Thomas de Maiziere, había expresado antes de la reunión sus dudas sobre la legalidad de la opción de utilizar los fondos congelados. "Antes debemos saber quiénes son los propietarios del dinero, esto es algo que tenemos que discutir", añadió.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha apuntado que cerca de "3,6 millones de personas" podrían necesitar ayuda humanitaria en el país. Ban ha hecho un llamamiento para recaudar 310 millones de dólares con el fin de apoyar al pueblo libio y ha asegurado que hasta el momento solo se ha conseguido el 39% de esta cantidad.
Mahmud Awad Shamman, portavoz del Consejo Nacional, ha negado que se fueran a reunir con Musa Kusa, el exministro de Exteriores libio que huyó a Londres y que ayer viajó a Doha, donde pretendía servir como mediador entre el régimen y la oposición. "Ha saltado del barco en el último momento, y ha estado mucho tiempo implicado con el régimen y en la sistemática violación de los derechos humanos", ha explicado Shamman, que ha añadido que tienen que "mirar su situación legal, pero hay mucha gente [entre los rebeldes] que no quiere saber nada de él".
Antes de comenzar la reunión ha insistido en que les gustaría "ver más implicación de la OTAN sobre el terreno", donde, según afirma "entre 10 y 15 personas mueren cada día por los combates".
Como ya han hecho otras veces los rebeldes, el portavoz ha pedido armas: "Nuestra preocupación es proteger a los civiles. Queremos que nos den armas para que podamos defendernos nosotros mismos". El ministro de Exteriores belga, Steven Vanackere, ha recordado que la resolución 1973 de la ONU establece un embargo de armas para Libia que es también aplicable a los rebeldes, mientras Italia sí se ha mostrado favorable a esta opción. Más tarde, el ministro de Exteriores de los alzados contra Gadafi, Ali Essawi, ha declarado a la prensa que conseguir armas no es su prioridad.
Shamman, que ha puntualizado que no se denominan rebeldes, "sino luchadores por la libertad", no cree que la situación se esté estancando y ha asegurado que, como hicieron contra Italia, van a seguir luchando el tiempo que haga falta.
'Embajador' español en Bengasi
Otro de los objetivos fundamentales por el que los rebeldes han acudido a Doha era legitimar la autoridad del Consejo Nacional de Transición. Trinidad Jiménez ha anunciado durante la reunión el nombramiento de un enviado especial permanente ante el Consejo, el embajador José Riera, que se trasladará a Bengasi, la capital de los rebeldes, en un plazo aproximado de dos semanas para institucionalizar y reforzar las relaciones con ellos. Riera no podrá tener condición de embajador en Libia porque ya hay uno acreditado ante Trípoli.
Fuente El Pais
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