martes, 29 de marzo de 2011

Doble rasero en Libia respecto a Palestina y el Sáhara Occidental

Interesante artículo de Alberto Rabilotta en el portal América Latina en Movimiento

http://www.alainet.org/active/45388&lang=es

Libia: Injerencia humanitaria al servicio de los intereses petroleros

Alberto Rabilotta

El caso de Libia muestra que el presidente Barack Obama cedió a las presiones de los “intervencionistas humanitarios” dentro de su Administración y a los intereses petroleros poscoloniales de Gran Bretaña (GB), Francia y Estados Unidos (EU), y el resultado es otra guerra con un país musulmán que nada hizo contra nosotros. A esto agreguemos la hipocresía de no mover un dedo para frenar la acérrima represión en Arabia Saudí, Bahrain y Yemen, que nos dañará aun más en la opinión pública de los pueblos árabes, escribe Marshall Auerback en New Deal 2.0 (1). Y agrega que la intervención militar en Libia parece ser producto de una nueva regla: “Actuamos si una insurgencia amenaza directa o indirectamente los abastecimientos de petróleo. Si no hay amenaza, no actuamos. De ahí que no hayamos intervenido cuando Siria asesinó a miles de insurgentes (como sucedió a comienzo de los 80). En Bahrain tenemos una gran base (militar) y los disturbios tienen repercusión para la región de Arabia Saudí poblada por chiítas y donde se encuentra el petróleo. Ahí actuamos vía los sauditas. En Libia hay petróleo. Por eso mismo actuamos”.
La “injerencia humanitaria”, muy bien analizada y denunciada por Jean Bricmont (2), al servicio de los intereses petroleros de las potencias occidentales. Esto explica en parte las disensiones en el interior de la OTAN sobre quién debe asumir la dirección (y dar la cara) de esta guerra para derribar el régimen de Muammar Gadafi.
Desde Roma el analista económico y financiero Eric Reguly, del diario canadiense Globe and Mail, escribe que ya comenzó la guerra económica por los tesoros de Libia (3), y que Italia, el mayor inversor europeo en Libia, “está en el centro de esta guerra económica”, con el canciller italiano Franco Frattini amenazando con negar a sus aliados –Francia, GB y EU- el acceso a las bases aéreas italianas a menos que el comando de las operaciones sea transferidos a la OTAN. ¿Y por qué Italia quiere que la OTAN controle esta operación? Porque, continúa Reguly, los italianos no quieren que los rebeldes libios vean la guerra aérea como mayormente un esfuerzo anglo-francés. Italia teme que si los rebeldes logran derribar el régimen de Gadafi, le darán como pago a los británicos y franceses los más valiosos proyectos de reconstrucción y de restablecimiento de la industria petrolera. Si la OTAN controla la operación Italia estará en mejor posición cuando llegue la hora de repartirse el botín de la reconstrucción posterior a la guerra.
La resurrección de las “Siete Hermanas”
Durante 30 años, y hasta la segunda Guerra Mundial, Libia fue una colonia de Italia, y los italianos –que consideran a Libia como parte de su zona de influencia económica- temen que Francia reforzará su presencia en la economía libia. La compañía petrolera italiana Eni, fundada después de la segunda Guerra Mundial por el luchador antifascista Enrico Mattei -quien acuñó la denominación “las Siete Hermanas” para definir la intervención del oligopolio petrolero en los asuntos comerciales y políticos, como el golpe de Estado contra el presidente iraní Mohammad Mosaddegh en 1953- es la cuarta empresa petrolera europea, que hasta enero extraía diariamente un cuarto de millón de barriles de petróleo libio, y era hasta el momento la mayor inversionista en Libia. De paso cabe recordar que Mattei murió en un accidente de aviación en 1962 que se sospecha fue provocado por agentes del servicio secreto francés (4) como represalia a la ayuda que Mattei brindo a los argelinos que luchaban por independizarse de Francia.
Como recuerda Reguly, la compañía petrolera francesa Total está presente en Libia y los italianos temen que si Gadafi es derrocado Total saldrá favorecida en la repartija del petróleo libio y otras compañías francesas, en lugar de las italianas, obtendrán los proyectos de reconstrucción. Pero los intereses italianos temen que perderán si Gadafi no es derrocado, ya que probablemente el dictador libio tomará represalias contra las inversiones italianas en su territorio: “Antes de la guerra Gadafi y el primer ministro italiano Silvio Berlusconi eran amigos. Ahora son enemigos. Eni, la compañía petrolera italiana sigue nerviosa”, concluye Reguly.
Cuatro compañías petroleras europeas, Eni de Italia, Total de Francia, British Petroleum (BP) de Gran Bretaña y Repsol de España, y la canadiense Suncor, estaban presentes en Libia antes de la Operación Odisea del Amanecer, y las petroleras estadunidenses querían entrar a Libia para explotar ese petróleo de alta calidad. Esto explica muy bien los puntales, los países que desde un primer momento enviaron aviones y fuerzas para bombardear Libia, de esta coalición: Francia, GB, Italia, EU, España y Canadá. Los países árabes, como Kuwait o Jordania, son los “árabes de servicio”, para que no se diga que ésta es una guerra de los occidentales contra otro país musulmán, como dicen o dan a entender sin tapujo alguno las fuentes oficiales francesas, británicas y estadunidenses.
Operación para legitimar el “gobierno provisional libio”
Esta semana, según anunció en Londres el Secretario de Relaciones Exteriores William Hague, el gobierno británico presidirá una “conferencia internacional” para analizar la situación en Libia y “discutir la estructura del comando para las operaciones militares de los aliados”, y los árabes y africanos “de servicio” (los gobiernos de Arabia Saudí, Kuwait y otros países aliados de Occidente) estarán presentes, según informó el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Alain Juppe.
Esta reunión tratará de calmar las aprensiones de ciertos países miembros de la OTAN y de desviar las crecientes criticas hacia la intervención militar en Libia, y buscará legitimar el nuevo “gobierno provisional” de la oposición libia basado en Bengasi.
Sobre este punto vale citar la reflexión de Richard Falk, Relator especial de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos de los Palestinos (6) quien después de afirmar que hace tiempo que Gadafi perdió la legitimidad de su poder y creó las condiciones políticas de un apropiado reto revolucionario, dice que no hay una “identidad política coherente” que uno puede con confianza atribuirle a las varias fuerzas anti-Gadafi, libremente referidas como “rebeldes”, y que no se sabe quienes son, a quienes representan, y cuales son sus aspiraciones políticas, y que vale observar que a diferencia de los demás sucesos regionales del 2011, el levantamiento libio “no comenzó como un movimiento popular de carácter espontáneo, o una especifica reacción a algún incidente, como en Túnez”.
Aunque se sospechen de los motivos (el petróleo y los contratos para la reconstrucción en Libia, como piensan los italianos), no deja de ser sorprendente y sospechosa la celeridad y métodos escogidos por Francia para reconocer al nuevo gobierno provisional libio y presionar a sus aliados para que lo reconocieran rápidamente.
El doble rasero
Lastima que no haya celeridad para reconocer al electo democráticamente gobierno de Gaza, cuya población civil es nuevamente victima directa o colateral de los bombardeos de Israel, o para reconocer efectivamente la existencia del pueblo saharaui, su dirección política (el Frente POLISARIO) y su gobierno. El gobierno de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) cumplió su 35 aniversario el pasado 27 de febrero y en este período ningún país occidental movió un dedo para que se ponga fin a la ocupación del territorio saharaui por parte de Marruecos.
Eso explica que mientras la Secretaria de Estado Hillary Clinton reconocía en tiempo relámpago el gobierno provisional libio, a pedido del presidente francés Nicolás Sarkozy y por iniciativa de Bernard-Henry Levy, “nuevo filósofo” y “canciller de Francia en sus tiempos libres”, al mismo tiempo continúa la política de Washington de hace 35 años al no reconocer la existencia de la RASD. El pasado miércoles y durante la visita a Washington de su colega marroquí Taieb Fassi-Fihri, la señora Clinton dio el apoyo de EU al “plan de autonomía marroquí” para el Sahara Occidental, la ex colonia española que Marruecos se anexó en 1975, afirmando –según AFP- que “es serio, realista y creíble”.
Lo que reclama el Frente POLISARIO es un referendo sobre la autodeterminación bajo la tutela de la ONU, con la posibilidad de que los saharauis escojan entre la incorporación a Marruecos, la independencia o la autonomía bajo soberanía marroquí. El gobierno de Marruecos y la señora Clinton rechazan la independencia a la que aspiran los saharauis.
Dejar de vender bombas en lugar de bombardear.
Medea Benjamin y Charles Davis (5) denuncian las ventas de armas que Francia, GB y EU hicieron a Libia, las mismas armas que ahora esos países occidentales afirman están siendo usadas contra el pueblo libio. Y ahora esos países ofrecen mas bombas a los libios, esta vez con bombardeos aéreos.
En 2009, según Benjamin y Davis, los gobiernos europeos, incluyendo Francia y GB, vendieron aviones caza, armas y bombas al coronel Gadafi por valor de 470 millones de dólares. Y antes de comenzar a clamar por un cambio de régimen en Libia, el gobierno de Obama estaba negociando para proveer a Gadafi otros 77 millones de dólares en armas, que se agregaban a los 17 millones en armas vendidas en 2009 y a los 46 millones de dólares en armas vendidas en 2008 por la Administración de George W. Bush.
Y otras dictaduras en el Oriente Medio, como Yemen, Arabia Saudí y Bahrain, siguen recibiendo el apoyo de EU. La Secretaria de Estado Hillary Clinton -recuerdan Benjamin y Davis- aprobó la brutal represión en Bahrain al afirmar que los gobernantes de ese país tenían “obviamente” el “derecho soberano” de “invitar” a que tropas de Arabia Saudí ocupasen el país. En el caso de Yemen, EU le otorgó a ese país unos 300 millones de dólares en ayuda militar en los últimos cinco años.
Citan el Financial Times, que en septiembre del 2009 reportó que EU negoció la mayor venta de armas de la historia, con un valor de 123 mil millones de dólares, con Arabia Saudí, los Estados del Emirato Árabe, Kuwait y Omán. La represiva monarquía Saudita cuenta por la mitad de esa suma por la compra de 84 cazas F-15, 70 helicópteros artillados Apache, 72 helicópteros Black Hawk, 36 helicópteros ligeros y cientos de bombas inteligentes guiadas por láser.
Para ayudar a que se liberen los pueblos oprimidos en el Oriente Medio, concluyen Benjamin y Davis, EU no necesita largar una sola bomba. Todo lo que se necesita es que deje de vender bombas a los opresores.
- Alberto Rabilotta, La Vèrdiere, Francia.

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