Para evitar el jaque mate, Muamar Gadafi completó su estrategia con una nueva jugada. Mientras sus fuerzas de seguridad recuperaban parte del terreno conquistado por la oposición, desde Trípoli salieron varios aviones con diplomáticos a bordo. Su misión consiste en reconstruir la credibilidad internacional del régimen y evitar que nuevas sanciones que estrangulen su poder militar.
El ministro de Exteriores de Portugal, Luis Amado, se reunió en un hotel de Lisboa con un emisario de Gadafi. La reunión fue concertada con el aval de Catherine Ashton, la Alta Representante para la Polícita Exterior comunitaria, que hoy preside una reunión de ministros de la Unión Europea para tratar la situación en el país. "A Ashton le pareció una buena idea porque puede facilitar más información sobre lo que realmente está pasando", aseguró un diplomático comunitario. El departamento que dirige Amado calificó la reunión de "informal", pero evitó informar de su contenido concreto.
No sólo los ministros de Exteriores de la UE analizan hoy en Bruselas la crisis libia. Los titulares de Defensa de la OTAN estudian prohibir la actividad aérea sobre Libia. La creación de una zona de exclusión de vuelo evitaría que Gadafi continúe bombardeando la parte del país en manos de la oposición. Al mismo tiempo, garantizar su respeto desembocaría muy probablemente en una guerra con Libia que no genera por el momento el apoyo suficiente en la Alianza Atlántica. Para evitar cualquier avance en la reunión de la OTAN, otros dos emisarios de Gadafi llegaron hoy a Bruselas, según reveló Franco Frattini, ministro de Exteriores italiano.
La comunidad internacional ya ha impuesto sanciones a los principales colaboradores de Gadafi y a miembros de su familia. La UE, EEUU y Suiza han congelado sus bienes y paralizado los negocios que tienen las instituciones que gestionan inversiones multimillonarias gracias al petróleo y gas nacional. Ninguna de estas sanciones trastocó lo más mínimo los planes del líder libio de permanecer en su puesto y reconquistar el país, pero la posibilidad de una operación militar con efectos dentro de Libia ha activado su maquinaria diplomática.
El recuerdo de Sadam Husein
La OTAN lleva días haciendo preparativos para "cualquier eventualidad", según recordó su secretario general, Anders Fogh Rasmussen, quien no descarta la operación. Sin embargo, ni la UE ni la OTAN se plantean repetir los errores de experiencias pasadas. La OTAN tiene demasiado fresco el recuerdo de la guerra de Irak, que al apear a Sadam Husein del poder despertó una ola de rechazo de países árabes. "Hay que pensárselo dos veces para poner en marcha una operación sin mandato de la ONU", reconoció hoy un funcionario europeo. "Quitar a un Gobierno para poner otro podría ser visto como una injerencia inaceptable", añadió.
El líder libio jugó hoy esa carta. "Si toman esa decisión será útil para Libia", aseguró en una entrevista televisada. "El pueblo libio verá la verdad, que lo que quieren es tomar control de Libia y robar su petróleo". Para él, "eso es EEUU, eso son los franceses, eso es lo que quieren los colonialistas". Además, Gadafi advirtió de que "el pueblo libio se alzará en armas" contra cualquier injerencia extranjera.
Puede que Gadafi y la parte del "pueblo libio" que controla esté dispuesta a hacer frente a una intervención internacional, pero otro gesto diplomático apunta a que ese escenario produce escalofríos en Trípoli. El número dos del ministerio de Defensa libio, Abdelrahman al-Zawi, viajó hoy a El Cairo acompañado por un diplomático con la intención de reunirse con el secretario general de la Liga Árabe, Amr Moussa. La organización, que ya ha expulsado a Libia como miembro, decidirá pasado mañana su postura sobre una zona de exclusión de vuelo. Su apoyo es decisivo en el juego de equilibrios del Consejo de Seguridad y podría ayudar a Francia y al Reino Unido a vencer la reticencias de Rusia y China a una posible intervención.
Notoriedad del Consejo Nacional Libio
Por otra parte, el envío de diplomáticos a Bruselas, Lisboa y El Cairo persigue compensar la notoriedad que está alcanzando el Consejo Nacional Libio, con sede en Bengazi, que se ha erigido en la representación mayoritaria de la oposición a Gadafi.
Mahmud Jebril, jefe del comité de crisis del organismo, y Ali Essawi, ex embajador libio en India, se reunieron hoy con varios grupos políticos de la Eurocámara y el martes hicieron lo propio con Ashton. Los opositores fueron invitados por el grupo liberal europeo, que junto a una mayoría de la cámara tiene previsto apoyar hoy una resolución extremadamente crítica con las dudas de los Gobiernos de la OTAN y la UE.
La resolución no es vinculante, pero se suma a la presión constante contra el régimen de Gadafi. La Eurocámara defiende sin tapujos la creación de una zona de exclusión aérea sobre el país para poner fin a los supuestos crímenes contra la Humanidad que estarían cometiendo sus fuerzas de seguridad. Por otra parte, el texto pactado dará también legitimidad al Consejo Nacional Libio, al que considera como el interlocutor adecuado en la Libia sin Gadafi.
"Parar esa máquina de matar"
"Necesitamos toda la asistencia posible en todos los ámbitos para salir de esta situación", imploró Jebril hoy en Estrasburgo. "Si la solución es la zona de exclusión aérea para parar esa máquina de matar que así sea, pero no debe haber presencia física de soldados extranjeros en suelo libio. Es un no absoluto, un rechazo total por parte de la población", añadió.
Una cumbre de líderes de la UE escenificará mañana la nueva posición sobre Libia aprovechando el resultado de las reuniones de hoy. Los jefes de Gobierno se reunirán de manera extraordinaria para lanzar un ultimátum a Gadafi y sentar las bases para una nueva fase en la relación de Europa con el norte de África.
Los 27 prometerán 6.000 millones de euros en apoyo al desarrollo económico a través del Banco Europeo de Inversiones y reforzarán los lazos con las sociedades de Túnez o Egipto tras décadas de connivencia con sus dictadores. Pero la situación en "Oman, Yemen, Bahrein y otros países" comienza a preocupar también a los líderes de la UE, según un diplomático comunitario, que pronostica meses de inestabilidad en el norte de África y Oriente Medio.
Fuente Público
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